
-mmmaaaaaammmmmaaaaaa
Hubo un largo silencio en los presentes que hasta entonces no habían prestado atención al bebe que agitaba su sonajero al ritmo que pegaba pataletas.
Era la primera palabra que venía al mundo de la pequeña boca. Después del silencio, voces de júbilo, desconcierto, la madre derramaba una lagrima.
- pppppppaaaaaappppppppaaaaaa
De nuevo silencio, admiración, espectativas, el padre dibujó una imagen inevitable de su hijo en la universidad, el primero de la clase.
Sorpresa, asombro, fascinación, entusiasmo.
El abuelo se encontraba allí, un hombre ilustre que doblaba a todos en edad; no sonreía, el bebe ya era uno más, uno entre la larga cola de los insatisfechos, ambiciosos e insaciables.
-Mmmmmás...