¿Las palabras que se lleva el viento dónde van a parar?
¿Quedaran desperdigadas formando un collage incoherente de letras?
¿Las encontrará alguien que les dé el sentido que no conseguiste encontrar?
¿Irán todas a parar a un libro de frases sin dueño?
¿Se quedarán en las copas de los árboles esperando que llegue el otoño?
¿Vuelven a la boca del que las dijo convertidas en indigestión?
No le deseo mal a nadie... pero un revoltijo de estómago tampoco es grave, no?