Ayer mi padre se presentó en mi casa con una bicicleta.
Ya la he probado.
La bajó del coche y me dijo:
_A ver si tiras esa mierda.
La mierda es una roña sin sillín que encontré una noche paseando a los perros.
_pensaba arreglarla
_¿arreglarla? te pareces a tu abuelo.
Me dio por pensar si los hábitos se aprenden a hay algo de genética en ellos.
Siempre admiré la capacidad del abuelo para transformar objetos sin uso alguno en reciclados verosímiles.
Un día le vi pasar con una tubería 3 veces su largo haciendo equilibrios sobre su hombro.
Me gustaba revolver sus cajones de cosas sin nombre. En una ocasión encontré una cabeza de goma del payaso Fofo. La heredé y todavía la conservo. De eso hace 20 años.
Todo me sirve. Cualquier aparato que deja de funcionar antes de su muerte definitiva pasa por un despieze personal.
Universidad de Bellas Artes, año 95, propuesta fin de curso: Autorretrato.
Entregué a llave de mi taquilla y ahí dentro vacié todos estos objetos que aspiraban a convertirse en alguna cosa útil.
Hace unos meses hice limpieza en mi antigua habitación.
Mi madre:
-Necesito que tires todas esas porquerías. Chatarrera igual que tu abuelo.
Lo que me costó deshacerme del 70% de todo ello...Un muelle de un metro de altura, muestrarios de tapizados para sofá, pestillos usados y así 2 días completos de orden y limpieza.
Algunos los llevé conmigo:4 poleas, una caja que un día titulé "ferretería" (ahí está Fofo), polvo para hacer moldes de piezas dentales...
Me temo que no tengo excusa para no devolver la mierda de bici donde la encontré. Haber heredado esta costumbre puede convertirse en un problema de espacio. Por otro lado estas porquerías (que llaman) fueron útiles una vez y al reutilizarlas las devuelves un poquito de la vida que perdieron.
El Abuelo, ese hombre nacido en Córdoba (Argentina).
Te echo de menos