El mono azul
sábado, abril 29, 2006
martes, abril 25, 2006
domingo, abril 23, 2006
Contrato de Palabra
Después de ver la publicidad de un auto, fue apresurado y compró el vehículo en una concesionaria. Pero tan sólo pasó una semana cuando volvió para decirle que estaba defectuoso y quería devolverlo.
El vendedor se aventuró a adivinar el problema, pero él le dijo no a todos sus intentos, le dijo que el auto no fallaba en lo absoluto, ni siquiera eran problemas en la pintura. Dijo que el problema era que todavía no había conseguido ninguna mujer hermosa.
Al final, no aceptaron su devolución ya que no figuraba en el contrato. Porque por más extraño que parezca,hay ciertas cosas que se siguen vendiendo de palabra.
viernes, abril 21, 2006
miércoles, abril 19, 2006
Padre ideal
Robert Hulk, después de eyacular dentro de un pequeño frasco, se convierte en el donante anónimo «37-K» del banco de esperma de Dallas. Tiene el potencial genético apropiado, coeficiente intelectual alto, un metro noventa de estatura, ojos azules, porte atlético. Más de lo que se podía pretender a la hora de buscar al padre modelo para los hijos, sin incluir la cuenta bancaria que frecuentemente incrementa con abultadas sumas de dinero por los servicios prestados.
(El programa se denomina «concepción selectiva». Su director lo fundamenta en que los padres con menos cualidades son los que más niños tienen.)
En la actualidad, Robert Hulk tiene 24 años y más de 20 hijos. Sin remordimiento admite no conocer a su progenie. En su interior está convencido, como la gran mayoría, de ser el padre ideal.
Juan Carlos Muñoz
martes, abril 18, 2006
lunes, abril 17, 2006
Mariposas
El pequeño estaba decidido a capturar como fuera posible a las quisquillosas mariposas.
Alistó su pequeña red, abrió la boca y se puso al acecho; duró de ésta forma muchos dias preocupando a sus padres que en un principio la habían tomado como cosas de la infancia.
Alistó su pequeña red, abrió la boca y se puso al acecho; duró de ésta forma muchos dias preocupando a sus padres que en un principio la habían tomado como cosas de la infancia.
Pero después pensaron que era mucho más grave, pues el seminiño no hacía cosa alguna fuera de nombrar y esperar a las mariposas, aunque era absurdo, porque ellos jamás las habían visto.
Lo llevaron al psiquiatra. Los adultos no entendienron que las mariposas que el seminiño pretendia aprisionar eran esas que revolotean en el estómago, cuando uno empieza a enamorarse.
Jorge Várgas